No por querer consigues
ser poeta en una noche
aun pasándola en vela
acariciándote el pelo del escroto;
el deseo es tan fuerte
y el insomnio tan abrupto
que mi mano se cierne
entre los dientes que restallan
mi otra mano retuerce los pelos
que se arrancan como un hilo de dolor
y no paro de contar,
en mi mueca hay crispación
y no para de crecer
en mi pluma indiferencia
y eso me adormece
los cojones hirsutos
tranquilizan la mente tensa,
pongo el cuarderno en la mesa
pero nunca es suficiente
no acaba de llegar la idea
y casi siempre que llega la pierdo,
esta habitación es tan pequeña
que no encuentro más que olvido
y este pesa más que las piedras,
pesa y aún no cierra los ojos,
mas cuando la luz se traga la imaginación
y raudo el tiempo ya no espera
mientras la luz de la bombilla no muera
yo encontraré una inspiración
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