domingo, 22 de junio de 2014

mI cReDo

"Durante mi juventud mantuve relaciones más íntimas con paisajes y obras de arte que con los hombres; sí, soñé durante años con una poesía en la que no aparecía ningún ser humano, sólo aire, tierra, agua, árboles, montañas y animales. Veía al hombre tan apartado del alma, tan dominado por los apetitos, tan entregado de forma cruda y salvaje a metas primitivas y simiescas, tan ávido de fruslerías y baratijas, que por un tiempo me dominó el craso error de que tal vez el hombre ya no era capaz de mostrarme el camino del alma y había que buscar este manantial en otro lugar de la naturaleza."

"Muy raro, extremadamente raro, es el hombre que en la conversación cotidiana manifiesta su alma."

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