domingo, 23 de septiembre de 2012

cOmO lA vIdA

Un tercio del día para vivir, otro tercio para morir, el otro restante es para renacer, vivo o muerto...quizás sólo hecho polvo.

martes, 24 de julio de 2012

iNeViTaBlEmEnTe

Cada día está lleno de gestos, hechos y señales que pueden derivar en urticaria melancólica. A veces pienso de qué coño vale desahogarse marcando teclas o moviendo una pluma, ahondando en las heridas ya no encuentro consuelo. Tiempo atrás las abría con los dedos para ver de qué estaban hechas: sangre, sangre, sangre… Definitivamente uno de mis mayores hobbies ha desaparecido con la edad y el inherente cansancio que la acompaña. ¿Y si te digo que paso de vivir? Que pensarías de un joven muchacho que no sólo no quiere conocer a más gente sino que quiere olvidarse de una gran parte de la que a estas alturas ya conoce. ¿No pensaríais que ese chico tiene algún problema? Suelo despotricar con asiduidad y vehemencia tales que a menudo se me escapa el sujeto de las manos, finalmente se convierte en una diatriba sin sentido. Onda aérea, trémula y etérea, acompañada de una voz agrietada, y un silencio en seco. No en vano prosigo escuchando quejas, mas reniego de la actualidad, procuro abstraerme del mundo al que me dirijo sin fuelle, pues la verdad es completamente ajena. Lo único que habito es un cuerpo, mundano y por ello marcesible. Simplemente tú, simplemente yo…reflexiono en un vacío de horas tachado de infructífero. Lo que cuento tiene lógica relación con el presente, pero mi autocensura gobierna sobre el circo atemporal que es la conciencia, no tiene reparo en salir de vez en cuando de su escondite bajo unas capas de piel y hueso, pero tampoco repara en la idea de aislarse para siempre. Las calles, los carteles, las pantallas, las personas, los objetos… se abarrotan de ideas, símbolos y acciones que empujan a uno a seguir la senda del anacoreta en una inevitable carrera sin rumbo ni meta.

martes, 15 de mayo de 2012

dE lA aMiStAd

La gente como yo se arrepiente de no haber hecho muchas cosas, de haber desaprovechado tantas oportunidades, por inútil. Pero hay una cosa aún peor que arrepentirse de no haber hecho algo y es arrepentirse de haber hecho las pocas cosas que has hecho. Eso es el amor. El amor duele y no se olvida. Por muchos besos que recibas siempre están ahí los recuerdos. Tenía un amigo y este tenía un secreto. Cuando me enteré de ese secreto mi amigo dejó de serlo. Eso es el amor. El amor duele. No se olvida. Me suelen hablar de lo majos que son mis amigos...yo no soy majo, quizás no tenga amigos. Mis amigos están muertos. Mis amigos son Kafka, Heminguay, Miller, Camus, Chestertón, Bécquer y gente de ese tipo. Mis amigos vivieron de su hastió vital. Sufrieron todos los días desde el primero al último y por eso ahora los recuerdo. Por eso son recordados aunque hayan pasado 100 años. Por eso los recordaré siempre. Ellos no veían otra salida que el sufrimiento y la vergüenza. Por eso triunfaron, bueno, salvo Chesterton quizás, que lo hizo sin necesidad de expresar ese tipo de sentimientos tan agresivos. Yo no soy majo...yo soy capaz de plasmar un árbol en un simple papel y sé hacer que un par de garabatos se asemejen perfectamente a las miles de hojas que posee. No soy majo no...soy un borde, pero se componer canciones, no por otra cosa mas que por haber hecho algunas. No soy amable... pero la gente me odia porque no me conoce. Yo no quiero conocerlos. Quiero seguir haciendo música. Cuando se cansen de los amigos que tienen, si lo hacen, yo haré una canción sobre su arrepentimiento y me reiré de ellos satíricamente. Haré un dibujo en el que aparezcan tristes y solitarios como nunca han querido estar. Como yo. Como vivo yo todos los días al escribir cosas así y de hecho sin hacerlo. Si no se cansan crearé una ironía para relacionar la amistad afectiva con el sincretismo. Haré un dibujo en el que parezcan desperdicios sociales. Quizás esto sea demasiado duro y muchos pensarán que me estoy pasando, pero he aquí la respuesta: YO SOY UN BORDE. No hablo mucho... es verdad, y a veces me arrepiento, he de admitirlo. Pero sé reflexionar, que es hablar conmigo mismo, y me contesto. Puedo denigrarme hasta el más bajo punto por que puedo admitir mis debilidades, se me da muy bien, demasiado bien, por eso quizás no destaco tanto mis virtudes, que algunas hay. Soy alto, soy guapo, soy delgado, y es curioso como sólo eso sirve para atraer a gente hacia mi, sin que yo quiera, y que ellos quieran ser mis amigos, de hecho acaban siéndolo porque a mi no me importa...siempre y cuando ellos acepten mi mutismo y mi inevitable displicencia. Entonces yo haré una canción que hable sobre cualquier banalidad, porque no me sentiré mal. Y les haré un dibujo mientras ven la tele captando toda su esencia para que luego me digan que está bien, aunque no tengan ni idea. Tampoco hay que tenerla, sinceramente. Cuando pase el tiempo seré yo el que me canse de ellos, hablaré con mis camaradas fallecidos, mas bien leeré sus vidas, y reflexionaré conmigo mismo sobre lo que me aporta esa amistad de gente maja, amable, alegre, habladora y poco creativa. Los amigos me han enseñado lo que es la amistad, y tengo que ser sincero, es verdad que tengo amigos. También conozco a gente que igual me consideran su amigo, pero yo en mi verdad sólo puedo considerarles como asiduos o amistades esporádicas. Esto es porque no tendré ganas de llamarlos ni de quedar para charlar sobre lo que nos pasó la otra noche. Quizás no quiera hablar con mis verdaderos amigos, pero si son verdaderos escucharán mi silencio y del silencio puede que surja una buena conversación. Y quizás no quiera hablar con la gente que es un potencial amigo porque sé que ellos no querrían escuchar mis reflexiones existenciales, sólo querrán decir bobadas y conocer a otras personas para que llenen todo el vacío de felicidad que tienen en su interior. Porque creedme, no lo llenarán ni con música ni con arte ni con nada de nada que tenga que ver con eso que a mi si me llena. Soy un borde..es verdad, pero no juzgo a las personas como bordes sólo porque las vea andando por la calle en solitario. No las juzgo como bordes sólo porque no quieran entretenerme con su cháchara insustancial. No las juzgo como bordes sólo porque no sean lo que yo espero de ellas. En cambio las juzgaré como engreídas por tacharme de borde. Las juzgaré como inútiles por no saber entretenerse mirando el cielo. Las juzgaré como sincréticas por no ser autodidactas. Y las juzgaré como me de la gana sólo por no saber hacer algo bonito con sus manos. Mis amigos me enseñaron a vivir sintiéndome mal, quizás ellos se sentían bien cuando estaban mal porque en esos momentos se dedicaban a sus asuntos con toda sinceridad. No soy majo...pero soy sincero. Mis amigos me han enseñado a ser sincero y a expresarme a solas para poder hacer algo que a alguien del vulgo le parezca digno de elogio. Me enseñaron a odiarme a mi mismo y a despreciarme, y les doy las gracias por ello. Siento que esto es sólo el comienzo. En siglos de historia puede haber muchos amigos que todavía no conozca y se que ellos no me van a juzgar, aunque de ellos si que lo esperaría y me gustaría saber lo que piensan, porque los admiro, y se que me acompañarán a donde yo quiera porque entrarán todos juntos dentro de mi mochila. Tomaré sus palabras, los parafrasearé, y no me dirán nada porque ya no existen mas que en los registros civiles. Y cuando los mencione en alguna frase ingeniosa suelta al aire o en un destello de creatividad diré que son mis amigos, mis amigos muertos, y la gente dirá: que buenos amigos tienes...

sábado, 14 de abril de 2012

lA mIsMa mIeRdA dE sIeMpRe

-Bueno –se dijo- creo que ha llegado el momento…de ser un hombre -¿y qué ocurría? no estaba más que sentado en frente de su máquina de escribir- hay que hacerlo, digo yo.
Vamos tío, qué coño te pasa, déjate de clichés no puedes tener un bloqueo porque no sabes de otra cosa que de bloqueos, para ti no es más que otra cucharada diaria de ese puré amarillento que fabricas a base de apatía y autoflagelación, para ti solo es un poco más del aire contaminado que se respira en cualquier parte de la ciudad.
Tenía bastante calor pero mantenía la ventana cerrada, así conseguía evitar la acumulación de insectos en las lámparas. Evitar que se metan un chute de luz que te cagas y se queden tiesas como pizcas de pimienta en una tulipa de vidrio.
-Ya has descansado bastante perro –parecía estar nervioso, se pasaba la mano de izquierda a derecha por entre el pelo y se roía las uñas de la otra mano sólo para modificar un poco su forma. Nada más lejos de la realidad, muchas veces le soltaban que no se pusiera nervioso aunque no lo estará:
-No te pongas nervioso Jim –y le sonreía con una cariñosa cara de cabrona.
-No estoy nervioso.
Y era cierto, si un hombre entrara en la tienda blandiendo la cabeza de algún casual chorreando sangre de la hostia y gritando como un decrépito él seguiría fregando los platos.
-¿Por qué te pones nervioso cuando me acerco? –decía ella.
-Te digo que no estoy nervioso –y aunque su imagen realmente aparentaba normalidad por dentro ya empezaba a notar que algo le jodía- no continúes con ese tipo de comentarios que te conozco, al final me veré obligado a decirte que no tienes ni puta idea de mí.
-Menudo tío borde y nervioso estás hecho.
“Será cabrona” pensaba entonces Jim en sus adentros.
La idea era simple: escribir cualquier cosa, nada bueno, pero por lo menos nada tan malo como para aburrirse y dejar de trabajar.
- El trabajo es lo primero y aunque sea una asquerosa verdad, no deja de ser una asquerosa mentira, pero algo hay que hacer, por eso hay que trabajar, porque hay que hacer algo, pero si ese trabajo encima no te da de comer y supones que nunca lo hará, cosa que no deseas, mucho mejor aún porque tendrás un puto hobbie.
Se recostó sobre la silla y se quedó mirando fijamente el espejo. A sí mismo en el espejo. El espejo estaba delante de él. A cuatro palmos. Estaba tan cerca que podía mantener una conversación de tú a tú con ese tío.
-Eh tu –dijo Jim- qué haces.
El reflejo cogió algo del cenicero, se lo metió en la boca y luego lo sostuvo con los labios.
A continuación alargó el brazo y empujó las gafas hasta el otro extremo de la mesa, cogió un mechero, le sacó la piedra, giró un poco el muelle en descendente, finalmente hizo rodar la rueda en dirección opuesta y sonó como grabar un nombre en la piedra a base de navaja.
El reflejo inclinó un poco la cabeza para ver mejor a Jim y entonces lentamente sacó el fuego que encendió su pitillo nocturno. Exhaló el humo y bebió un trago de cerveza.
-¿No quieres responder?
El reflejo le miraba fijamente y no hacía más.
-Pareces un gilipollas –tenía los ojos bastante rojos por el desorden onírico que sufría de noche.
Jim se levantó para mear y al hacerlo lo hizo de tal forma que aunque nada anormal parecía haber sucedido tuvo la sensación algo así como de un testículo que se tuerce, como que se desencaja un poco y algo que se queda tenso.
-Oh dios, un desconcertante momento de dolor espontaneo –un amago de lesión inconclusa por gracia del universo y sin explicación alguna, como un tirón de la pierna desde el fondo de la piscina.
Nada había pasado, en lo que se sopla un suspiro se dirigió al baño y echó una caña. Volvió a sentarse frente a la máquina de escribir.
-Entre tú y yo, machote, he de decir que esa no es la actitud, ¡no es la jodida actitud tío!, así no vas a llegar muy lejos, créeme –unas leves carcajadas interpretadas por la arrogancia de Jim- eres un jodido fanfarrón acabado y sin querer empezar , estarás condenado a esta mierda toda tu puta vida, a ese puré de desazón o como lo llames. Chico…nt, nt, nt…
Y ¿por qué? –por un instante le pareció que el reflejo hacía una mueca de cansancio como si se preparase para aguantar otra retorcida charla sobre él.
El reflejo escuchaba a Jim como el que no tiene otra cosa que hacer más que tumbarse y mirar a los pájaros, como algo normal y pasajero, ligero y sin demasiada importancia.
-No haces ni puto caso ¿eh? Todo esto te la suda, no hace falta que lo admitas, cada día que te veo no has cambiado nada, o por lo menos nada a mejor. Te quedas ahí dentro mientras el tiempo te erosiona lentamente, tu mente y también tu cuerpo…los vas perdiendo, pero muy muy lentamente.
El reflejo apoyaba la barbilla sobre su muñeca y enseñaba los dientes como representando el papel de un delincuente que conoce perfectamente los detalles de los delitos expuestos por el juez y acepta cargarse encima sus consecuencias con absoluta impasibilidad. Al fin y al cabo qué coño importaba nada, era siempre lo mismo, la misma mierda de siempre.

lunes, 16 de enero de 2012

pOeTa De CoJoNeS

No por querer consigues
ser poeta en una noche
aun pasándola en vela
acariciándote el pelo del escroto;
el deseo es tan fuerte
y el insomnio tan abrupto
que mi mano se cierne
entre los dientes que restallan

mi otra mano retuerce los pelos
que se arrancan como un hilo de dolor
y no paro de contar,
en mi mueca hay crispación
y no para de crecer
en mi pluma indiferencia
y eso me adormece
los cojones hirsutos
tranquilizan la mente tensa,
pongo el cuarderno en la mesa
pero nunca es suficiente

no acaba de llegar la idea
y casi siempre que llega la pierdo,
esta habitación es tan pequeña
que no encuentro más que olvido
y este pesa más que las piedras,
pesa y aún no cierra los ojos,
mas cuando la luz se traga la imaginación
y raudo el tiempo ya no espera
mientras la luz de la bombilla no muera
yo encontraré una inspiración

viernes, 13 de enero de 2012

dE lA nAtUrAlEzA dE aNdRé GiDe

"Una ola brotando tan fuerte que su desborde sabría ahogar la tristeza.

"De ningún modo creo que la última palabra de la ciencia sea abandonarse a la naturaleza y dar libre curso a los instintos pero sí creo que, antes de intentar reducirlos o domesticarlos es importante comprenderlos.
Muchos de los malentendidos que sufrimos son sólo aparentes y se deben a errores de interpretación.

"Temo mucho que nuestra naturaleza no sea en sí misma más que una costumbre primera, igual que la costumbre es una segunda naturaleza.

"Las leyes de la consciencia que creemos nacidas de a naturaleza nacen de las costumbres.

"La naturaleza del hombre es sólo naturaleza, omne animal. No hay nada en él que no sea natural. Y no hay nada natural que no echemos a perder.

"Desde luego la naturaleza no es tan uniforme. Son las costumbres las que se ocupan de eso, porque ponen límites a la naturaleza; a veces la naturaleza las sobrepasa y devuelve al hombre a su instinto, a pesar de toda costumbre, buena o mala.